Naufragio del Ciudad de Santander frente a la Isla de Lobos |

El fin del Ciudad de Santander fue debido a su naufragio frente a la Isla de Lobos.

El ciudad de Santander barco de pasajeros español fue botado 1 de diciembre de 1883.
Su vida resultó muy corta; la más corta de las de los dos gemelos el CATALUÑA y el ANTONIO LOPEZ; se perdió por naufragio el 24 de mayo de 1895 frente a las costas de Punta del Este, en las piedras que están al oeste de la Isla de Lobos
Llevaba 109 pasajes de primera clase, 56 de segunda, 42 de tercera y 799 de transporte general, Pasando el tiempo se ampliaron las comodidades hasta 133 plazas la primera clase, hasta 72 las de segunda y hasta 94 la tercera, reduciéndose, por el contrario, el sollado del transporte, que se limitó a 842 plazas.

En diciembre de 1887 pasó con sus barcos gemelos a recorrer los mares en la línea del Plata, recientemente adjudicada.
Los barcos zarpaban de Marsella, y tras tocar en Barcelona, Málaga y Cádiz, hacían escala en Santa Cruz de Tenerife, y
de allí navegaban directos a Montevideo, con escala en San Vicente de Cabo Verde y Santos. Concluyendo el itinerario en Buenos Aires,
El regreso lo hacían por la misma ruta, suprimiendo tan sólo la escala de Málaga. Tal fue el éxito de esta línea oficial, que en 1890 se aumentaba el número de salidas hasta doce anuales y se lograba del Gobierno argentino una subvención especial por servicios prestados, debido a la regularidad y precisión.

A partir de 1892, comenzó a disminuir este tráfico y hubo de volverse a reducir a seis el número de viajes anuales.
Costaba entonces 1.000 pesetas el precio de un pasaje en primera clase a Buenos Aires; 600 en segunda y 200 en clase de emigrante.
El CIUDAD DE SANTANDER varó en 1895, frente a lobos con apenas 12 años de Vida Marítima. Sus viejas máquinas no pudieron contra las corrientes de la zona y la niebla lo que agravó la situación.

El CIUDAD DE SANTANDER no pudo ser salvado. Catorce días de incesantes esfuerzos, trabajando con todos los elementos disponibles no dieron el resultado de poner á flote el espléndido trasatlántico que fuera honra de la marina mercante
española.
A pesar del tiempo y de las olas sus restos todavía se ven en la zona.