La Langosta Marina nada, camina o salta. Un conflicto internacional. |

¿La langosta nada, salta o camina ? un conflicto internacional.
En el año 1961 los franceses obtuvieron autorización del gobierno brasileño para realizar investigaciones en el mar, en el litoral Brasileño.
El gobierno del Brasil al constatar que las embarcaciones Francesas estaban pescando langostas en gran escala, les canceló la licencia.
Al tiempo los franceses volvieron a la carga a la carga, esta vez pidiendo para pescar fuera de las aguas territoriales brasileñas, en la región de la plataforma continental que pertenece al país, pero cuyas aguas son libres para explotación internacional. Autorización concedida, y comenzaron los problemas.
En enero de 1962, un pesquero francés llamado Cassiopée fue detectado capturando langostas y apresado por la corbeta brasileña Ipiranga. El incidente abrió una curiosa discusión diplomática acerca de la naturaleza del animal en cuestión.
¿Cuál es el tema ?
Los Brasileros dicen la Convención de Ginebra, firmada en 1958, aseguraba que los recursos minerales, biológicos, animales o vegetales de la plataforma continental pertenecen al país costero, en este caso Brasil.
En base a ello Brasil dice la langosta camina por lo tanto la langosta es un recurso perteneciente a la plataforma, debido a su naturaleza sedentaria: para desplazarse caminaba, o a lo sumo ejecuta saltos. En resumen, no nadaba. Los Franceses tenían otro argumento : la langosta puede ser considerada un pez, nadaba . Al moverse por las aguas de un lado para el otro, y por lo tanto no era un recurso de la plataforma, en definitiva no pertenecía al estado Brasileño.
Los brasileros le respondieron con una ironía si la langosta es un pez porque se desplaza dando saltos, entonces el canguro es una ave”.
Otro de los problemas era que los franceses pescaban con redes de arrastre, modalidad prohibida en Brasil por su carácter predatorio – una red pesada es lanzada al fondo y recoge todo lo que encuentra por el frente. Los brasileños capturaban langostas con el tradicional canasta, una especie de trampa en que el animal entra y luego por la forma de la canasta no puede salir.
La situación quedó aún más tensa en el inicio de 1963. El día 30 de enero, un navío de patrulla detectó la presencia de pesqueros franceses en la región, y como estos ignoraron la orden para retirarse, recibió órdenes de la Marina para “usar la fuerza en la medida de lo necesario”. Ante esa amenaza de un ataque, los franceses cambiaron de idea.

El problema fue que, días después, los barcos y sus cargas no sólo fueron liberados por presidente João Goulart, quebrando el protocolo de las negociaciones, sino que concedió personalmente al embajador de Francia en Brasil, Jacques Baeyens,
autorización para que seis pesqueros volvieran a capturar langostas en la región. El clamor popular hicieron que el presidente brasileño diera marcha atrás con la medida.
En varias oportunidades los brasileños movieron a la zona sus destructoras y portaviones, sabiendo que no los podían usar ya que al ser de origen Norteamericano tenían prohibido su uso en esta ocasión.
Sin embargo, para entonces la situación ya se había calmado porque el gobierno de João Goulart aceptó relajar la tensión e invitó al presidente Francés De Gaulle a visitar Sudamérica, poniendo fin a la tirantez… además de ampliar unilateralmente sus aguas territoriales a doscientas millas.

Un acuerdo firmado el 10 de diciembre de 1964 concedió licencia de pesca a veintiséis barcos galos por un período máximo de cinco años en puntos concretos y cediendo una parte de la pesca a las autoridades locales, que a su vez la entregarían a los pescadores de cada zona para compensarles.
Pocos años más tarde, en 1973, la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar sentaría las bases para evitar futuros problemas de éste tipo.